viernes, 28 de octubre de 2011
The Wall
Bienvenidos una vez mas a mi rincón, a este blog que ustedes tanto aman leer, este blog que ustedes tanto recomiendan y disfrutan. Si, hoy es viernes y hay entrada aquí así que diganle a sus amiguitos y disfruten en familia esta entrada.
Hoy, como se habrán dado cuenta, no es nada importante, solo vengo a darles un resumen de la semana, y contarle cosas, mi vida, en su mayoría. Yo se que ustedes les vale un carajo pero, igual, me pagan por hacer esto. No, no es cierto, no lo hacen.
Esta semana no hice otra cosa mas que escuchar Pink Floyd, únicamente el álbum "The Wall" solo ese, una y otra vez, se acaba y empezaba de nuevo, una y otra vez, todo el día, aun no me canso de eso, siento que es como una droga y no puedo dejar de escucharlo, así que durante unos días mas, no podre dejar de hacerlo.
Mis calificaciones, no, por suerte, no reprobe ninguna, es que como soy muy inteligente y así, pues me fue bien, yo se, que están celosos y pues, si, deberían. Así que por ahora la escuela me la suda, y pues ya ¿No?
¿Les ha pasado que han sacado 5.9? Es como estar en el limbo, y mas si no sabes si el maestro va a tener el corazón para subirte la miserable décima o ser tan despiadado y no ponerla y estar reprobado, si pues es muy frustante sacar esa calificación, digo, yo como soy un niño prodigio en la vida me he sacado esa calificación. Pero si es raro que te de ese porcentaje y que al ultimo estes rogando por una vil decimal. Deberían de aprender a rogar, a hacerlo bien, por que no todos los profesores son idiotas, hay algunos que no se dejan engañar, a esos tienes que matarlos y comértelos, no dejar rastro y que llegue un suplente y así poder sacar un buen promedio, yo no he matado a ningún profesor, aun, pero pues supongo que debería de funcionar ¿No?
Regrese a Twitter, definitivamente, regrese "tuitiando" mucho, me he ganado bastante "Followers" así que si me quieres seguir, ahí abajo esta mi twitter, y pues sigueme y así tendrás mas contacto conmigo, veras que soy un desmadre y sobretodo haré mierda tus patéticas creencias hacia el mundo.
Se supone, que hoy hay Béisbol, (si esta mal escrito, me vale.) no soy nada fanático de ese deporte, pero varios si, y les emociona mucho, a mi, en lo personal, si le entiendo, pero no me llama la atención, tal vez y si lo veo mas seguido le agarre gusto ¿No?, el juego de anoche, se puso "Emocionante" dijeron varios tuiteros, cuando al ultimo todos empezaron a tuitiar sobre ello, y como soy parte de la borregada (Omitan eso) lo empecé a ver, pues como lo sintonice al ultimo, pues me toco ver lo mas "Emocionante" dijeron, así que pues, veanlo, y dejen de malgastar su tiempo.
Y en conclusión, disfruten su fin de semana, no tomen mucho, cuidense, maten a un pendejazo y destruyan iglesias.
Adiós...
lunes, 24 de octubre de 2011
Mi Testimonio
Recuerdo el momento en que sentí un tremendo arrepentimiento, dolor en su mayoría, y cuando caí al suelo, lejos de cualquier sentimiento. Morí.
Arrepentimiento, en ese momento me invadió eso, sentí horrible, me di cuenta de que en verdad no valía la pena, morir así, pero era muy tarde, una triste lagrima cayo por mis mejillas y deje este mundo.
Todo estaba muy borroso cuando vi salir tanta sangre de mi pálida y cortada mano, recuerdo haberme sentado en mi cuarto, en el suelo, viendo brotar toda esa sangre, perdiendo fuerzas, hasta que me quise levantar y con falsas esperanzas y arrepentimiento toque el suelo y me despedí de todo.
Esos días, que estaba pensando en hacerlo o no, eran muy tristes y oscuros, nadie me daba la mano para salir de ese hoyo tan desgarrador, pretendía estar bien, mientras moría por dentro, pretendía estar feliz con mis amigos, pretendía estar feliz cuando platicaba con ella. Ella, quien era mi única esperanza de vida, me abandona y sentí un gran dolor en mi corazón.
Mi única esperanza, mi único amor, que no sabia que era ella, me abandona, me niega, me dice que no.
De algún modo u otro ella mantenía mi corazón vivo, le decía siempre que la quería, ella solo reía, y no lo tomaba tan serio. Eso me alimentaba, hasta que se acabaron los juegos, me di cuenta lo equivocado que estaba en esos momentos, y me di cuenta de lo equivocado que estaba en el momento de mi suicidio. No tenia escapatoria, un triste juego sin fin, sin ganador, solo la cruel muerte.
No te culpo a ti, mi amada, si no a mi, por ser tan inútil, me fui y no volveré, ¿Algún día te veré?
Dejo este mundo, de dolor, ya no quería estar ahí, después de lo que lograste hacerme, hasta tu te suicidarías, tantas lagrimas desperdiciadas en ti, tantas esperanzas desperdiciadas en ti. Tu movías mi mundo, ahora que morí, ya no lo moverás. Espero y esto te duela, a mi me dolió bastante.
Me vi ahí, sentado, con una leve sonrisa, llorando, recordantode, mientras me desangraba, recordaba todo lo que hicimos, las veces que te dije que te quería, me vi ahí, siendo liberado de las cadenas de la vida.
Me vi ahí, amandote puramente
Me vi ahí muriendo.
Mis ojos perdidos en los recuerdos que tuvimos juntos, esos días que solo tu podías volverlos tan bueno, esos días tan felices que tuve en mi vida, esos días en que me sonreias y veia un luz de esperanza, mi triste y desganada sonrisa amandote, tantas veces que lo hice, las desaprovechaste y me veo aquí llendome, tantas veces que te quise en mis brazos, que te desee con todo mi corazon, y solo queda esto, y porsupuesto mi sangre, liberandome de todo pesar, dejandome libre de este infierno.
sábado, 22 de octubre de 2011
La Mascara de la Muerte Roja por Edgar Allan Poe
Pero el príncipe Próspero era feliz, intrépido y sagaz. Cuando sus dominios quedaron semidespoblados llamó a su lado a mil caballeros y damas de su corte, y se retiró con ellos al seguro encierro de una de sus abadías fortificadas. Era ésta de amplia y magnífica construcción y había sido creada por el excéntrico aunque majestuoso gusto del príncipe. Una sólida y altísima muralla la circundaba. Las puertas de la muralla eran de hierro. Una vez adentro, los cortesanos trajeron fraguas y pesados martillos y soldaron los cerrojos. Habían resuelto no dejar ninguna vía de ingreso o de salida a los súbitos impulsos de la desesperación o del frenesí. La abadía estaba ampliamente aprovisionada. Con precauciones semejantes, los cortesanos podían desafiar el contagio. Que el mundo exterior se las arreglara por su cuenta; entretanto era una locura afligirse. El príncipe había reunido todo lo necesario para los placeres. Había bufones, improvisadores, bailarines y músicos; había hermosura y vino. Todo eso y la seguridad estaban del lado de adentro. Afuera estaba la Muerte Roja.
Al cumplirse el quinto o sexto mes de su reclusión, y cuando la peste hacía los más terribles estragos, el príncipe Próspero ofreció a sus mil amigos un baile de máscaras de la más insólita magnificencia.
Aquella mascarada era un cuadro voluptuoso, pero permitan que antes les describa los salones donde se celebraba. Eran siete -una serie imperial de estancias-. En la mayoría de los palacios, la sucesión de salones forma una larga galería en línea recta, pues las dobles puertas se abren hasta adosarse a las paredes, permitiendo que la vista alcance la totalidad de la galería. Pero aquí se trataba de algo muy distinto, como cabía esperar del amor del príncipe por lo extraño. Las estancias se hallaban dispuestas con tal irregularidad que la visión no podía abarcar más de una a la vez. Cada veinte o treinta metros había un brusco recodo, y en cada uno nacía un nuevo efecto. A derecha e izquierda, en mitad de la pared, una alta y estrecha ventana gótica daba a un corredor cerrado que seguía el contorno de la serie de salones. Las ventanas tenían vitrales cuya coloración variaba con el tono dominante de la decoración del aposento. Si, por ejemplo, la cámara de la extremidad oriental tenía tapicerías azules, vívidamente azules eran sus ventanas. La segunda estancia ostentaba tapicerías y ornamentos purpúreos, y aquí los vitrales eran púrpura. La tercera era enteramente verde, y lo mismo los cristales. La cuarta había sido decorada e iluminada con tono naranja; la quinta, con blanco; la sexta, con violeta. El séptimo aposento aparecía completamente cubierto de colgaduras de terciopelo negro, que abarcaban el techo y la paredes, cayendo en pliegues sobre una alfombra del mismo material y tonalidad. Pero en esta cámara el color de las ventanas no correspondía a la decoración. Los cristales eran escarlata, tenían un color de sangre.
A pesar de la profusión de ornamentos de oro que aparecían aquí y allá o colgaban de los techos, en aquellas siete estancias no había lámparas ni candelabros. Las cámaras no estaban iluminadas con bujías o arañas. Pero en los corredores paralelos a la galería, y opuestos a cada ventana, se alzaban pesados trípodes que sostenían un ígneo brasero cuyos rayos se proyectaban a través de los cristales teñidos e iluminaban brillantemente cada estancia. Producían en esa forma multitud de resplandores tan vivos como fantásticos. Pero en la cámara del poniente, la cámara negra, el fuego que a través de los cristales de color de sangre se derramaba sobre las sombrías colgaduras, producía un efecto terriblemente siniestro, y daba una coloración tan extraña a los rostros de quienes penetraban en ella, que pocos eran lo bastante audaces para poner allí los pies. En este aposento, contra la pared del poniente, se apoyaba un gigantesco reloj de ébano. Su péndulo se balanceaba con un resonar sordo, pesado, monótono; y cuando el minutero había completado su circuito y la hora iba a sonar, de las entrañas de bronce del mecanismo nacía un tañido claro y resonante, lleno de música; mas su tono y su énfasis eran tales que, a cada hora, los músicos de la orquesta se veían obligados a interrumpir momentáneamente su ejecución para escuchar el sonido, y las parejas danzantes cesaban por fuerza sus evoluciones; durante un momento, en aquella alegre sociedad reinaba el desconcierto; y, mientras aún resonaban los tañidos del reloj, era posible observar que los más atolondrados palidecían y los de más edad y reflexión se pasaban la mano por la frente, como si se entregaran a una confusa meditación o a un ensueño. Pero apenas los ecos cesaban del todo, livianas risas nacían en la asamblea; los músicos se miraban entre sí, como sonriendo de su insensata nerviosidad, mientras se prometían en voz baja que el siguiente tañido del reloj no provocaría en ellos una emoción semejante. Mas, al cabo de sesenta y tres mil seiscientos segundos del Tiempo que huye, el reloj daba otra vez la hora, y otra vez nacían el desconcierto, el temblor y la meditación.
Pese a ello, la fiesta era alegre y magnífica. El príncipe tenía gustos singulares. Sus ojos se mostraban especialmente sensibles a los colores y sus efectos. Desdeñaba los caprichos de la mera moda. Sus planes eran audaces y ardientes, sus concepciones brillaban con bárbaro esplendor. Algunos podrían haber creído que estaba loco. Sus cortesanos sentían que no era así. Era necesario oírlo, verlo y tocarlo para tener la seguridad de que no lo estaba. El príncipe se había ocupado personalmente de gran parte de la decoración de las siete salas destinadas a la gran fiesta, su gusto había guiado la elección de los disfraces.
Grotescos eran éstos, a no dudarlo. Reinaba en ellos el brillo, el esplendor, lo picante y lo fantasmagórico. Veíanse figuras de arabesco, con siluetas y atuendos incongruentes, veíanse fantasías delirantes, como las que aman los locos. En verdad, en aquellas siete cámaras se movía, de un lado a otro, una multitud de sueños. Y aquellos sueños se contorsionaban en todas partes, cambiando de color al pasar por los aposentos, y haciendo que la extraña música de la orquesta pareciera el eco de sus pasos.
Mas otra vez tañe el reloj que se alza en el aposento de terciopelo. Por un momento todo queda inmóvil; todo es silencio, salvo la voz del reloj. Los sueños están helados, rígidos en sus posturas. Pero los ecos del tañido se pierden -apenas han durado un instante- y una risa ligera, a medias sofocada, flota tras ellos en su fuga. Otra vez crece la música, viven los sueños, contorsionándose al pasar por las ventanas, por las cuales irrumpen los rayos de los trípodes. Mas en la cámara que da al oeste ninguna máscara se aventura, pues la noche avanza y una luz más roja se filtra por los cristales de color de sangre; aterradora es la tiniebla de las colgaduras negras; y, para aquél cuyo pie se pose en la sombría alfombra, brota del reloj de ébano un ahogado resonar mucho más solemne que los que alcanzan a oír las máscaras entregadas a la lejana alegría de las otras estancias.
Congregábase densa multitud en estas últimas, donde afiebradamente latía el corazón de la vida. Continuaba la fiesta en su torbellino hasta el momento en que comenzaron a oírse los tañidos del reloj anunciando la medianoche. Calló entonces la música, como ya he dicho, y las evoluciones de los que bailaban se interrumpieron; y como antes, se produjo en todo una cesacion angustiosa. Mas esta vez el reloj debía tañer doce campanadas, y quizá por eso ocurrió que los pensamientos invadieron en mayor número las meditaciones de aquellos que reflexionaban entre la multitud entregada a la fiesta. Y quizá también por eso ocurrió que, antes de que los últimos ecos del carrillón se hubieran hundido en el silencio, muchos de los concurrentes tuvieron tiempo para advertir la presencia de una figura enmascarada que hasta entonces no había llamado la atención de nadie. Y, habiendo corrido en un susurro la noticia de aquella nueva presencia, alzóse al final un rumor que expresaba desaprobación, sorpresa y, finalmente, espanto, horror y repugnancia. En una asamblea de fantasmas como la que acabo de describir es de imaginar que una aparición ordinaria no hubiera provocado semejante conmoción. El desenfreno de aquella mascarada no tenía límites, pero la figura en cuestión lo ultrapasaba e iba incluso más allá de lo que el liberal criterio del príncipe toleraba. En el corazón de los más temerarios hay cuerdas que no pueden tocarse sin emoción. Aún el más relajado de los seres, para quien la vida y la muerte son igualmente un juego, sabe que hay cosas con las cuales no se puede jugar. Los concurrentes parecían sentir en lo más hondo que el traje y la apariencia del desconocido no revelaban ni ingenio ni decoro. Su figura, alta y flaca, estaba envuelta de la cabeza a los pies en una mortaja. La máscara que ocultaba el rostro se parecía de tal manera al semblante de un cadáver ya rígido, que el escrutinio más detallado se habría visto en dificultades para descubrir el engaño. Cierto, aquella frenética concurrencia podía tolerar, si no aprobar, semejante disfraz. Pero el enmascarado se había atrevido a asumir las apariencias de la Muerte Roja. Su mortaja estaba salpicada de sangre, y su amplia frente, así como el rostro, aparecían manchados por el horror escarlata.
Cuando los ojos del príncipe Próspero cayeron sobre la espectral imagen (que ahora, con un movimiento lento y solemne como para dar relieve a su papel, se paseaba entre los bailarines), convulsionóse en el primer momento con un estremecimiento de terror o de disgusto; pero inmediatamente su frente enrojeció de rabia.
-¿Quién se atreve -preguntó, con voz ronca, a los cortesanos que lo rodeaban-, quién se atreve a insultarnos con esta burla blasfematoria? ¡Apodérense de él y desenmascárenlo, para que sepamos a quién vamos a ahorcar al alba en las almenas!
Al pronunciar estas palabras, el príncipe Próspero se hallaba en el aposento del este, el aposento azul. Sus acentos resonaron alta y claramente en las siete estancias, pues el príncipe era hombre temerario y robusto, y la música acababa de cesar a una señal de su mano.
Con un grupo de pálidos cortesanos a su lado hallábase el príncipe en el aposento azul. Apenas hubo hablado, los presentes hicieron un movimiento en dirección al intruso, quien, en ese instante, se hallaba a su alcance y se acercaba al príncipe con paso sereno y cuidadoso. Mas la indecible aprensión que la insana apariencia de enmascarado había producido en los cortesanos impidió que nadie alzara la mano para detenerlo; y así, sin impedimentos, pasó éste a un metro del príncipe, y, mientras la vasta concurrencia retrocedía en un solo impulso hasta pegarse a las paredes, siguió andando ininterrumpidamente pero con el mismo y solemne paso que desde el principio lo había distinguido. Y de la cámara azul pasó la púrpura, de la púrpura a la verde, de la verde a la anaranjada, desde ésta a la blanca y de allí, a la violeta antes de que nadie se hubiera decidido a detenerlo. Mas entonces el príncipe Próspero, enloquecido por la ira y la vergüenza de su momentánea cobardía, se lanzó a la carrera a través de los seis aposentos, sin que nadie lo siguiera por el mortal terror que a todos paralizaba. Puñal en mano, acercóse impetuosamente hasta llegar a tres o cuatro pasos de la figura, que seguía alejándose, cuando ésta, al alcanzar el extremo del aposento de terciopelo, se volvió de golpe y enfrentó a su perseguidor. Oyóse un agudo grito, mientras el puñal caía resplandeciente sobre la negra alfombra, y el príncipe Próspero se desplomaba muerto. Poseídos por el terrible coraje de la desesperación, numerosas máscaras se lanzaron al aposento negro; pero, al apoderarse del desconocido, cuya alta figura permanecía erecta e inmóvil a la sombra del reloj de ébano, retrocedieron con inexpresable horror al descubrir que el sudario y la máscara cadavérica que con tanta rudeza habían aferrado no contenían ninguna figura tangible.
Y entonces reconocieron la presencia de la Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche. Y uno por uno cayeron los convidados en las salas de orgía manchadas de sangre y cada uno murió en la desesperada actitud de su caida. Y la vida del reloj de ébano se apagó con la del último de aquellos alegres seres. Y las llamas de los trípodes expiraron. Y las tinieblas, y la corrupción, y la Muerte Roja lo dominaron todo.
lunes, 17 de octubre de 2011
La Muerte Madrina. Por Los Hermanos Grimm
El niñito creció y se hizo un muchacho; y , un día, su madrina entró en la casa y dijo que la siguiera. Llevó al chico a un bosque, le enseñó una planta que crecía allí y le dijo: “Voy a darte ahora mi regalo de madrina: te haré un médico famoso. Cuando te llamen a visitar un enfermo, me encontrarás siempre al lado de su cama. Si estoy a la cabecera, podrás asegurar que le curarás; le darás esta hierba y se pondrá bueno. Pero si me ves a los pies de la cama, el enfermo me pertenecerá, y tú dirás que no tiene remedio y que ningún médico le podrá salvar. No des a ningún enfermo la hierba contra mi voluntad, porque lo pagarías caro.”
Al poco tiempo, el muchacho era ya un médico famoso en todo el mundo; la gente decía: “En cuanto ve a un enfermo, puede decir si se curará o no. Es un gran médico.” Y le llamaban de muchos países para que fuera a visitar a los enfermos y le daban mucho dinero, así que se hizo rico muy pronto. Ocurrió que el rey se puso malo. Llamaron al médico famoso para que dijera si se podía curar; pero en cuanto se acercó al rey, vio que la Muerte estaba a los pies de la cama. Allí no valían hierbas. Y el médico pensó: “¡Si yo pudiera engañar a la Muerte siquiera una vez! Claro que lo tomará a mal, pero como soy su ahijado, puede que haga la vista gorda. Voy a probar.” Cogió al rey y le dio la vuelta en la cama, y le puso con los pies en la almohada y la cabeza a los pies; y así, la Muerte se quedó junto a la cabeza; entonces le dio la hierba y el rey convaleció y recobró la salud. Pero la Muerte fue a casa del médico muy enfadada, le amenazó con el dedo y dijo: “¡Me has tomado el pelo! Por una vez, te lo perdono, porque eres mi ahijado; pero como lo vuelvas a hacer, ya verás: te llevaré a ti.”
Y al poco tiempo, la hija del rey se puso muy enferma. Era hija única, y su padre estaba tan desesperado que no hacía más que llorar. Mandó decir que al que salvara a su hija le casaría con ella y le haría su heredero. El médico, al entrar en la habitación de la princesa, vio que la Muerte estaba a los pies de la cama. ¡Que el muchacho habría recordado la amenaza de su madrina! Pero la gran blleza de la princesa y la felicidad de casarse con ella le trastornaron tanto que se desechó a todos los pensamientos. No vio las miradas encolerizadas que le echaba la Muerte, ni cómo le amenazaba con el puño cerrado: cogió en brazos a la princesa y la puso con los pies en la almohada y la cabeza a los pies, le dio la hierba mágica, y al poco rato la cara de la princesa se animó y empezó a mejorar.
Y la Muerte, furiosa porque la habían engañado otra vez, fue a grandes zancadas a casa del médico y le dijo: “¡Se acabó! ¡Ahora te llevaré a ti!” Le agarró con su mano fría, le agarró con tanta fuerza, que el pobre muchacho no se podía soltar, y se lo llevó a una cueva muy honda. Y el médico vio en la cueva miles y miles de luces, filas de velas que no se acababan nunca; unas velas eran grandes, otras medianas y otras pequeñas. Y cada momento unas se apagaban, y otras se estaban encendiendo otra vez; era como si las lucesitasvelita pequeña.” - “¡Dime cuál es mi luz!” dijo el médico, pensando que era todavía una vela bien grande. Y la Muerte le enseñó un cabito de vela, casi consumido: “Ahí la tienes.” - “¡Ay, madrina, madrina mía! ¡Enciéndeme una luz nueva! ¡Por favor, hazlo por mí! ¡Mira que todavía no he disfrutado de la vida, que me van a hacer rey y me voy a casar con la princesa!” - “No puede ser,” dijo la Muerte. “No puedo encender una luz mientras no se haya apagado otra.” - “¡Pues enciende una vela nueva con la que se está apagando!” suplicó el médico. La Muerte hizo como si fuera a obedecerle; llevó una vela nueva y larga. Pero como quería vengarse, a sabiendas tiró el cabito de vela al suelo, y la lucecita se apagó. Y en el mismo momento, el médico se cayó al suelo, y dio ya en manos de la Muerte
viernes, 14 de octubre de 2011
Te Odio
Bienvenidos una vez mas a mi oscuro rincón, tengo una historia en proceso así que a los fanáticos (Dudo que haya alguno) de mis escritos, no desesperen. La historia en lo personal me esta gustando, tal vez la divida en alguna partes, quiero hacerla algo larga, y para que todos ustedes la disfruten y la amen y me den dinero por medio de la publicidad google, vamos apoyen a este pobre diablillo, y denle click a la publicidad.
Deprimido. Es mi estado de animo para esta semana, estoy triste, así es la vida, lectores, sufres y sufres y en cuando menos te das cuanta, mueres, este fin de semana va a ser duro, razones personales, pero lo voy a aguantar, no voy a caer en su puto juego, y lo voy a lograr, va a ser un fin de semana corto, lo verán.
Regrese al twitter por un tiempo, tal vez y "tuitie" mas seguido, así que si quieres leer mis tweets, ahí abajo esta mi twitter. No me lo van a creer pero, twitter si que causa problemas, es una causador de bulla profesional en twitter, sin duda alguna.
Estoy leyendo un libro de Sthepen King, lo estoy empezando, y con saber el autor, les puedo decir que va a estar excelente. Se los garantizo, así que ustedes, lean un libro, les ayuda a no ser tan imbéciles, fomenten la lectura, y no sean tan pendejos.
Dejenme les platico, una anécdota, que me paso, cuando asistí a una función de cine, fui, cierto miércoles, a ver una película, me sentí adinerado, y entre a la sala V.I.P, donde los empleados te pueden llevar lo que usted guste a la comodidad de su asiento, pues eso fue exactamente lo que hizo, cierto empleado, llego y pregunto "Esto es de ustedes" y lamentablemente no, no lo era. Y al momento de que se iba a poner de pie, su brazo, el cual, sostenía la charola, pierde balance, y si, lluvia de palomitas, todas las palomitas cayeron encima de mi, lo cual me causo bastante risa, el porta vasos del asiento, se vio cubierto de palomitas, fue un suceso bastante gracioso, a mi se me causo risa, si a ustedes no, es porque no han vivido. Por cierto, la película que fui a ver fue: "Real Steel". En mi opinión si me agrado mucho, una buena película familiar. Gasten su pobre dinero en verla, o veanla en cuevana y no apoyen la industria del cine.
Este fin de semana, no me la voy a pasar deprimido, me la voy a pasar bien, yo se que puedo. Disfruten si fin de semana, pasensela en sus casa, en sus cuartos, en sus camas, llorando, como viles cerdos que son.
Esto escrito es una parte de mi vida, así que disfrutalo o muere, ustedes sabrán, me gustan que lean esto, o es eso o no hacen nada, pinches ninis. ¡Consigan trabajo!
Mi salón, donde tomo clases, le estoy agarrando cierto odio encantador, todos son unos pendejos, hipócritas e idiotas, sobre todo idiotas. Me revientan los testículos esos pendejos que no hacen nada mas que no madurar y hacer estupideces. ¿Alguien quiere matar a treinta jóvenes de una escuela hipócrita?
Me di cuenta de que no vale la pena, amigos, me canse y me di cuenta de que no, no lo vale. Yo se que ustedes no comprenden, y no quiero que lo hagan pero simplemente me arte, y lo abandone.
"Entre mas te esfuerces mas es la decepción"
Y con esta frase me despido, se la dedico a ella, a ti:
"You just laughed, ha, ha, bitch"
martes, 11 de octubre de 2011
Una Victima Mas, Del Cruel Amor
¿Que tiene de malo? Dirían ustedes, pues la verdadera pregunta sería: ¿Que tiene de bueno?
En las clases no presto atención, por ella. Casi no como, por ella. Y pero por supuesto, me deprimo por andar pensando en ella.
Lo malo, no se preocupen, si, si sabe que existo, al menos eso creo. Pero apenas somos amigos, de vez en cuando cruzamos palabras, y eso es lo malo, estoy completamente enamorada de ella, pero ella apenas se lleva conmigo.
¡Ja! Es un poco típico, pero es en serio que si la quiero, que la amo.
Despierto una mañana del tres de octubre, como siempre, visto el uniforme de la escuela, bien alistado y preparado para la peor batalla que el hombre, en sus mejores días, ha presenciado, el amor.
"Ha pelear se ha dicho" me digo a mi mismo cuando la veo pasar muy feliz hacia el salón donde tomamos clases. Tan solo verla hace que mis rodillas se flexionen, y si, siento ese estúpido y nada satisfactorio hormigueo en mi estomago, verla correr y ver su hermosa sonrisa, sus mejillas algo rojas, es maravilloso, mi corazón se acelera.
Quedo perplejo ante tremenda belleza, sus ojos color miel, su pelo castaño, largo y sedoso.
Si, sé que soy un estúpido ilusionado, pero vamos, con eso sobrevivo ¿No?
Bien, entro a mi salón, el mismo ambiente de adolecente, me siento en casa, al ver a mis amigos, como costumbre, los saludos. Intercambiamos palabras "que onda" "como andamos" y un sin fin de etcéteras.
Con los amigos, pero siempre con un ojo puesto en ella. Tan solo verla ahí parada con sus amigas, riendo, es simplemente mejor que cien puestas de sol.
Bien, analicemos lo siguiente, ella, a mi suerte, se sienta alado de mi, justo alado de mi banca.
¿Suerte? Lo defino como tortura.
Desde hace unos días que se sienta alado mío, he intentado cruzar palabras con ella, pero simplemente no salen, es como si mi boca se abriera y salieran puros ruidos extraños ¡Excelente! ¿No creen?
Espero y hoy sea diferente, algo me dice que hoy es el día de hablarle y mantener una conversión que, por lo menos, dure un poco.
A los pocos minutos de estar hablando con mis amigos, llega el profesor y pide que nos sentemos, y que guardemos silencio. Que por lo menos, se nos note que hoy si queremos trabajar, para solo ser un profesor con un sueldo mal pagado, si tiene ambiciones el señor.
Concéntrate y por el amor de Dios, dile que hoy luce estupenda.
¡No! Dile que hoy se ve mejor que ayer, pero no más que mañana.
¡No! Dile que si quiere ser tu novia.
¡No! Proponle matrimonio.
Solo dile "Hola" y ya, genio.
No quiero ni mirarla, pero de reojo la veo, más guapa que nunca, pienso.
-H-hola... - Soné tan ridículo, que hasta un sordo podría haberlo notado.
Me voltea a ver, con ojos entre cerrados y con una mirada seria
-¡¡Ha, no te creas!! ¡Hola! ¿Qué me cuentas? ¿Todo bien? ¿Hiciste lo de mate?
Simplemente devastador, perfección en su máxima expresión, quede petrificado, no sabía ni que decirle
-Si lo hice, ¿Y tú?
-También- alza su mano - ¡chócalas!
Levanto mi mano y siento el contacto con la suya, una buena experiencia, el día pintaba para lo mejor.
Le continúe hablando, conocerla un poco más, era simplemente maravilloso, por cada palabra que salía de su boca, cada vez me gustaba más, estábamos hablando de todo.
¡Uuf! Yo fascinado, hasta que sonó el timbre para irnos a receso. Me deprimí un poco, no la iba a ver como media hora, digno de quitarme mi felicidad, si, suena exagerado ¿Y? Hasta que le oigo decir esas míticas palabras:
-¿Quieres pasar el receso conmigo? Aunque sea un poco
Admire su valentía al decirme eso, yo no lo podía creer, quede muy feliz
-Claro, vente vámonos- le dije sonriendo de una manera increíble
Los mejores momentos de mi vida, quedaban plasmados ahí, en ese instante. Hablándole a ella, increíblemente hermoso. Empecé a conocerla mejor.
Entramos a clases, obviamente, continúe hablándole cuando se me presentaba la oportunidad, hasta que se acabo el periodo de clases
-¿Te veo mañana?- le pregunte
-Claro, Adiós, que tengas una bonita tarde
Y así, sin más, se fue, y fue cuando me di cuenta que estaba destinado a estar con ella toda mi vida.
Y como el viento despeina a la maestra de matemáticas, así, instantáneamente empecé a extrañarla, sin salida alguna, me fui a mi casa.
Aun extrañándola, feliz, muy feliz por lo que acaba de sucederme.
Al siguiente día, ella y yo la pasamos juntos, hablábamos a cada rato, siempre lo hacíamos, me gustaba mucho, y empezaba a sospechar que yo también le gustaba, investigaba si le gustaba o no, no encontraba fuentes confiables, si era cierto que le gustaba o no, pero no me importaba tanto, la amaba y eso era lo me importaba. Días después, un viernes, acordamos ir a una plaza que quedaba cerca, para hablar y esas cosas, después de un helado y mucho caminar, la detuve y le dije:
-oye- se me hizo un nudo en la garganta, hasta que pude pronunciar- me gustas mucho, eres perfecta a mis ojos, te amo demasiado, eres lo mejor que me ha pasado en este mundo, así que ¿Quiere ser mi novia?
Admire mucho mi valentía, se sonrojo, y eso era muy hermoso, pero, desgraciadamente dijo:
-Gracias, tu también me agradas, pero no sé, déjame la pienso, te digo el lunes
La respuesta no fue un "no" después de todo, así que la acompañe a su casa, todo el camino callados, fue lo más incomodo en mi vida.
-te veo el lunes, supongo
Ella no respondió y se fue de mi manos, se escondió en su casa.
Déjenme les digo que el fin de semana fue lo peor, se me hizo eterno, y no dejaba de pensar en ella, sufría mucho.
Hasta que por fin llego el lunes, muy emocionado me fui temprano a la escuela, me fije en el salón, y aun no estaba, pasaba la mañana y no llegaba, empezaba a preocupare, llego el profesor, y no, ella no había llegado.
Le pregunte a una de sus amigas que donde estaba, soltó una carcajada y dijo aquellas palabras que me rompieron el corazón
-Se mudo, se fue de la escuela, de cuidad, sí, yo también la voy a extrañar
No lo podía creer, me deprimí mucho ese día. No me dijo nada, y eso fue lo que más me hirió, aun tengo en mi mente ese recuerdo de ella, caminado hacia la puerta de su casa, aun recuerdo su hermosa sonrisa, y esa vez que se sonrojo, aun la extraño. Nunca más tuve contacto con ella, desapareció de este mundo, jamás supe de ella y sí, soy otra víctima del cruel amor.
domingo, 9 de octubre de 2011
Duele en el Alma
Porque en verdad duele
Estar así
Porque es verdad
Duele en el alma
Corroe hasta el fondo
Solo queda odio
¿Y el amor?
¡Ja!
Otra noche, sin sueño
De nuevo, sin ti
Y me he preguntado
¿Donde has de estar?
Te extraño.
La noche
Fría y oscura
Aguardando el momento
Y es cuando mas te extraño
Y es cuando mas te necesito
Y es cuando mas te quiero
Cruda realidad.
Duele en el alma
Porque hoy es cuando mas duele
Cuando la luna posa en los oscuros cielos
Es cuando mas duele
Porque,
Duele en el alma.
Toca mis sentimientos
Destruyelos, si es necesario,
Te tengo un secreto
Algo que confesarte
Duele,
Duele en el alma
El alma muere, mientras tu ríes
Yo muero mientras tu,
Te marchas bajo la lluvia
que resbalan de las dolorosas nubes negras,
que suplican un poco de piedad.
lunes, 3 de octubre de 2011
Frases de Canciones
Trust- Megadeth
"Time and Again, She repeats and let's be friends. I simle and say yes."
Holy Wars- Megadeth
"Brother will kill brother, Spilling blood across the land, Killing for Religion, Something i don't undestand"
In my darkest hour- Megadeth
"You're the only one, that I'm thinking of"
Peace sells- Megadeth
"What you mean I can't get to work on time? Got nothing better to do"
Promises- Megadeth
"You come from a town where, people don't bother saying hello, unless somebody's born or dies, And I come from a place where they, drag your hopes trough the mud, Because their own dreams are all dying"
A tout le Monde- Megadeth
"Je vous Aime"
God send death- Slayer
"On your Back, look on to me, You'll see genocide"
Bloodline- Slayer
"I'll kill you and your dreams tonight, begin new life"
Angel of death- Slayer
"Pumped with fuid, inside your brain. Pressure in your skull begins pushing through your eyes."
Dead Skin Mask- Slayer
"Dance with the dead in my dreams"
Wolrd Painted Blood- Slayer
"Satan's hand begins the end"
Cult- Slayer
"Religion is Hate, Religion is fear, Religion is war, Religion is rape, Religion's obscure, Religion's a whore"
Bad Habit- The Offspring
"Hey men you know im really okey, the gun in my hand will tell you the same"
Heresy- Pantera
"Here we are, in a world of corruption"
Walk- Pantera
"You can't be something your not"
Yesterday don't mean shit- Pantera
"Cause yesterday don't mean shit, What's over is over and nothing between. Yesterday don't mean shit, Because tomorrow's the day you have to face"
Revolution is my name- Pantera
"Life was confusing because of my age"
Enter sandman- Metallica
"Exit light, Enter night, Take my hand"
Rainbow in the dark- Dio
"You've been left on your own, Like a rainbow in the dark"
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