domingo, 24 de marzo de 2013

Esperando un Destino - J. A. Payán. Capitulo III



There she was 
I wonder what 
Happen across your mind 
Let’s talk 

CP III
El fin de semana paso más rápido de lo que llegó, y por fin en mucho tiempo, se me veía contento llegando a la escuela, me sentía bien conmigo mismo, tenía ganas de hablarle, y conocerla, y el deseo de iniciar algo entre los dos, me daba cuenta que dejaba volar demasiado mi imaginación.
Tenías ese día un examen bastante complicado, sabía que estaría ocupado a la hora del examen, y que no podía distraerme. El examen sería a última hora de clases, así que tendría tiempo de aclarar dudas que tenía.

Sonó el timbre, que anunciaba el final de clases, y que ahora todos debían de ir a hacer examen, en menos de un segundo ya me encontraba listo, viendo de nuevo, como todos salían y entraban con cierta rapidez, y ahí andaba ella, quien se sentó a un lado de mí, me hice el distraído hablando con un amigo.
-¿Sí estudiaste? –Me había preguntado
-Claro, va a estar muy fácil
-¿Seguro?
-Claro –Y mientas hablábamos ella se nos quedó viendo, interesada en lo que hablábamos, me di cuenta, y le pregunté.
-¿Qué examen tienen ustedes?
-También matemáticas –Me respondió con una sonrisa – ¿Ahora no necesitas una pluma?
-No, ya no –Le sonreí, y por un momento nuestros ojos hicieron un contacto fugaz, y apartamos la mirada pues nos sentíamos obligados por la necesidad de hacerlo. Aunque la atracción era fuerte, apartábamos las miradas.
Así me enamoré. Momentos en los que los dos conectábamos miradas al mismo tiempo, y me sentía en los cielos, anhelando tenerla.
Me había demorado haciendo mi examen, y fui uno de los últimos en salir, salí un poco de mal humor, pues la dificultad era bastante alta, justo saliendo del salón, la alcancé a ver a unos metros de donde yo estaba parado, iba caminando a un lado de mí, cuando me volteó a ver.

-¿Cómo te fue? –Titubeó –Nunca me dijiste tú nombre.
-David- le contesté y le tome de la mano y le di un cálido beso, haciendo que se sonrojará por completo –Un gusto conocerte.
-Valery, también es un gusto –Me devolvió el saludo – Entonces ya dime, ¿Cómo te fue?
-Pues bien, me supongo, ¿Y a ti? ¿Qué tal te fue?
-Muy bien, gracias –Aun se le veía que seguía un poco sonrojada.
-Me alegro –Y nos despedimos, y cada quien tomo su camino, mientras caminaba tenía una sonrisa de oreja a oreja que hasta me dolía la mandíbula, había controlado la situación perfectamente y no lo podía creer.

Saltaba de un lado a otro, mis amigos se preguntaban que me sucedía, sentí que haberme presentado de esa manera, dándole un beso en su mano, había estado bien, ni siquiera me pregunté en el momento si se vería raro, supuse que le había encantado, pues se sonrojó, ¿A las chicas les gusta eso, no? Sentía una conexión especial, con nuestras miradas cómplices de nuestros juegos del silencio. Sabía que había algo, y no lo desaprovecharía.
En tan poco tiempo, ella se metió en mi cabeza, alojándose allí, sin poder sacarla, había encontrado un tesoro muy valioso, que el viento y el mar me trajeron, no había tenido suerte en eso del amor, pero tenía una buena corazonada acerca de esta chica. Sí el destino me hizo conocerla, y en tan poco tiempo no puedo sacarla de mi cabeza, esto no puede ser pura casualidad.

Pensaba y pensaba en como poder hacerla mía, todos las canciones me recordaban a ella, la glorificaba, sabía que tenía que pasar el resto de mi vida con ella, sin importa que o quien se interpusiera en mi camino. Pero como tenía buenos pensamientos, también, tenía uno que otro malo, que me causaba mucha incertidumbre y cuestionamientos, sobre lo que ella puede sentir o pensar sobre mí, no me rendiría tan fácil, y eso los había, pero los juegos que hacían mis ángeles y demonios con mis pensamientos me ponían a pensar demás. ¿Habría algo que me podría sacar de este quicio? Me quedé pensando mucho más tiempo, analizando mi cabeza en mi cuarto, acostado, hasta que me quedé dormido. Profundamente dormido.

jueves, 21 de marzo de 2013

Esperando un Destino - J.A. Payán Capitulo I y II



Agradecimientos a:
David Estupiñan; gracias por el apoyo.



I saw you 
Across the room 
And you saw me 
And for a moment 
My heart stops. 

CP I


Frío octubre, parecía que el invierno empezaría un poco antes de lo planeado, uno nunca sabe del clima cuando se vive por aquí. Traía, ese día, una chamarra con unos bolsillos bastantes grandes, el frío por ahora, era un poco soportable, como aún era octubre, el frío iba y venía. Extrañábamos el frío de hecho, después de un muy extenuante verano, sentíamos que necesitábamos el frío.
El frío que se sentía en los huesos, un frío agradable al tacto, como la piel blanca de una doncella que habita en los castillos de algún país nevado. De algún país alejado. De todo. 


El día transcurría bastante lento y parecía interminable, el cielo amenazaba con lluvia, hacia aire, el cual nos traía oleadas de frió El día para muchos, no era agradable, no era un clima del que se podía disfrutar, pero sin embargo yo me sentía cómodo. 

Me encontraba con mis amigos, sentados en alguna barda, estudiando para el examen que íbamos a presentar en cualquier segundo que la campana sonara. No me sentía para nada listo, pero aun así me esforzaba, me iba bien en la escuela, nunca he tenido problemas con eso de sacar buenas notas, pero aun así, sabía que tenía que pasar el examen.
La campana sonó, anunciando el final del receso, la campana avisaba que cada alumno se fuera su salón asignado para realizar su examen, a todos los salones los intercambiaban, con una simple razón, así les sería más difícil a los alumnos hacer trampa; no era contraproducente, pues así, los alumnos se las tenían que ingeniar mejor, sí lo que querían hacer, era trampa. 
Mientras entraba en el salón, y escogía una banca para hacer el examen, me di cuenta que había extraviado mi pluma, no entre en pánico, ni mucho menos, pero mi mente se quedó preguntándose donde podía haber dejado o perdido mi pluma. Y así fue como empezó la búsqueda por una pluma, resultaba que nadie traía una pluma extra que me podía prestar, a estas alturas empezaba a preocuparme, ¿Cómo se suponía que haría mi examen sin una pluma? 
-Toma – Escuché la voz dulce y un poco aguda de alguien – Aquí tengo una pluma extra para ti. 

Sólo vi la pluma y poco a poco fui subiendo la vista hasta que mis ojos se enfocaron en ella, y sus ojos hicieron un contacto fugaz con los míos, mientras la silueta de una sonrisa nacía en mi rostro y se unía al de ella, y así, supe que existía.


Those cold stares 
Those eyes 
That hair 
Her love 


CP. II

El examen fue relativamente fácil, supe que lo dominé completamente, sólo era de esperar los resultados, en cuanto a la pluma, sólo la devolví rápido, ella seguía haciendo su examen, así que solo puse la pluma en su pupitre y le susurre un pequeño “Gracias”, pues me había sacado de un apuro. Era cuestión de tiempo para que ella entrara en mi vida, y se apoderará de mis pensamientos, pero ahora no era el tiempo, pues aún tenía varios exámenes pendientes, y era de lo único que me preocupaba. Ni siquiera le di tanta importancia al asunto. 
El día en la escuela terminó bastante bien, a diferencia de otros. El jueves se fue rápido, al parecer el tiempo avanzo un poco más rápido terminando el examen. Así vino el viernes, dando paso a un examen que sabía que iba a estar muy fácil, ansiaba ir a realizarlo, esta vez, recordé llevar mi pluma, y una extra, por si pasaba algo. Estaba listo. 


Me senté, estudié rápido los temas, para que no se me olvidará nada, y sólo veía como los alumnos salían y entraban del salón, algunos con apuro, y otros bastantes tranquilos, hasta que la vi entrar, y ponerse unas bancas delante de mí. Casi a un lado mío. 
El profesor entró con los exámenes, y todos guardamos silencio, y todos empezamos a realizarlo. No les mentiré de vez en cuando la volteaba a ver despistadamente, observaba su cabello, el cual, a mi gusto, me fascinaba, un poco chino y ondulado que caía por sus hombros hasta llegar a su espalda. Me perdía en el castaño de su cabello, hasta que recordaba que tenía que continuar haciendo el examen. 
Salí del salón, terminando el examen, ella ya no estaba cuando lo terminé, me había dado cuenta cuando se levantó, entrego su examen, y se fue. 
Yo, me fui con mis amigos, a platicar y demás, como siempre acostumbrábamos. 
Faltaban pocos días para que esa mujer se apoderara de mis pensamientos completamente, y de verdad no la culpo, debido a lo hermosa que era, merecía que alguien la llevara en la mente todo el día. Cada quien tiene sus motivos para pensar en alguien de esa manera, y yo tenía los míos. 
El día se dio por terminado una vez que acabamos el examen, y ahora todos sabían del hermoso fin de semana que se avecinaba. Pero yo sentía que no lo disfrutaría tanto como hubiera deseado, pues sabía que no la iba a ver hasta el lunes. Pero eso no me ponía del todo mal, pues con la memoria de su hermosura, la llevaba muy presente.
Continuara...