-¡Despierta!- Dice una voz cálida a la niña que permanece en su cama dormida.
La niña que aun esta dormida emite un leve gemido; no quiere despertar de sus hermosos sueños perfectos en un mundo de chocolate.
-Ya hija, levantate- Le dice una señora regordeta parada en la puerta que resulta ser su mama- Vas a llegar tarde.
-No quiero ma´- Apenas es audible lo que dijo, por lo media dormida que se encontraba aquella jovencita.
-Maria Elizabeth, despierta, ahí esta tu uniforme, vistete, te veo dentro de diez minutos abajo- Se fue caminando y se podía oír sus pasos dirigiéndose a las escalones y como los baja uno por uno.
La niña ya estaba despierta; sus ojos estaban abiertos como platos, sin embargo permanecia en su cama pensando infinidades de cosas que no interesan en este momento. He ahí a la señorita aun acostada y sin ánimos de levantarse. En un segundo se encuentra sentada en su cama, tomando la decisión de levantarse.
Se estaba peinando en el espejo mientras veía su cara gorda y grasosa.
La joven que estaba peinándose en el sucio espejo no era esbelta ni hermosa, si no todo lo contrario. Era gorda y fea. Eso le causaba mucho problemas, era presa de sus malvados compañeros de clase los cuales sin piedad alguna se burlaban de ella, por algo, odiaba la escuela. Su suerte no cambiaba y el destino la trataba como basura. Sin embargo su mama la apreciaba y la quería y le hacia saber que siempre la va a apoyar.
Se vio una ultima vez al espejo y se sonrió; no fue nada agradable pero en su sonrisa se veía bondad, en esa pequeña sonrisa desganada.
Comió mucho y muy deprisa y se fue a la escuela. Tenia que irse caminando, le daba mucha fatiga aunque la escuela estaba a tan solo un par de cuadras.
Mientras llegaba cansada y fatigada por su "largo" viaje se trataba de convencer de que el día no iba a ser tan horrible como siempre lo era, trataba con todas sus ganas de creer que el día iba a estar muy bien e iba a disfrutar la escuela.
Sin embargo todo eso fue en vano porque al llegar a su salón se vio presa de miradas y risas burlonas. Todos la apuntaban y después de un chiste que no al cansaba a oír, se oían risillas.
-Hola, y bienvenida al infierno- dijo el pequeño y flaco joven que se encontraba a su lado, pelo de corte de "hongo" y unas gafas redondas y color dorado, resultaba ser su único amigo Dave.
-Hola Dave- le dijo emitiendo una leve sonrisa que se desvaneció muy rápido.
Dave y Maria se conocieron cuando iban en quinto de primaria desde entonces son muy unidos. Dave a diferencia de Maria si tenia amigos, aunque muchas veces le gustaba estar solo con Maria.
Cuando Maria iba a la casa de Dave, estos jugaban con su gato, negro y muy hermoso.
Paso el día muy lento y tedioso; cuando se acabo fueron a un lugar solo a platicar, para poder hablar sin que fueran victimas de burlas sin sentido de sus compañeros.
Dave, quien había sido presa de amenazas por juntarse con Maria "Dejale de hablar" ó "Dejale de hablar o te dejamos de hablar nosotros" Sin embargo dave hacia caso omiso y continuaba juntándose con su amiga Maria Elizabeth.
-Eres mi único amigo Dave, y lo aprecio- Le dijo Maria en un tono muy triste y desconsertante.
-Lo se, lo se. Pero no importa, mientras sigamos siendo amigos- Le dijo queriéndola consolar y hacerla sonreír.
Días después, Dave se enrolo en un grupo de gente que vestía de negro y escuchaba música pesada, ellos molestaban a toda la gente que no era como ellos, hacían de todo, molestaban, pegaban, no respetaban y siempre se salían con la suya.
Dave quien disfrutaba de estos abusos; había cambiado totalmente era un joven nuevo y malvado.
Las platicas con su amiga Maria se redujeron drasticamente al punto que había semanas en las que no le dirigía palabra alguna.
Maria cayó en depresión, su único amigo raras veces le hablaba, no entendía porque Dave había cambiado totalmente.
¿Que te ha pasado Dave? Se preguntaba Maria en su mente cuando le veía hacer un acto malvado.
Un día enfrente de su grupo le dijo a Maria:
-Maria Elizabeth, Maria Elizabeth, eres gorda y fea, no tienes amigos. Si una vez fui tu amigo era porque estaba ciego y ahora lo veo todo. Que te vaya bien gorda.-
Maria a quien le habían destrozado el corazón se fue corriendo hacia su casa. En el camino encontró al gato de Dave, quien había crecido y su pelaje negro se había vuelto todavía mas hermoso.
-Tu si me quieres verdad gatito- Le dijo llorando Maria al gato el cual posaba como todo una pantera.
El gato a ver a Maria acercadosele emitió un rujido y se fue corriendo.
Maria arta de rechazos va a su casa, se percata de que su mama no estaba. Agarra un cuchillo de la cocina. Se dirige a su cuarto y se corta la muñeca; vio el fluido rojo que emanaba de su pálida y débil mano. Perdió fuerzas y su vista se empezó a nublar. Perdió el conocimiento; segundos después murió.
El gato estaba sentado en su balcón viendo todo el espectáculo; emitió un leve maullido y se fue de ahí donde posaba el cuerpo sin vida de Maria Elizabeth.
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